Lo más llamativo de ella es la bóveda vaída del crucero y en el exterior su elevada torre. Tiene un estilo ecléctico, mezcla de diversas influencias, entre las que destaca la clasicista, vigente en la arquitectura española posterior a la última guerra civil.
En su interior, además de las vidrieras de los extremos del crucero, que representan a Santo Tomás de Villanueva y a San Juan de Ávila, son de interés dos tallas escultóricas en madera, la llamada Virgen de Villajos de finales del siglo XIII, y la del Cristo de la Expiración, esta última de Juan Cristóbal, artista del siglo XX. Así mismo, merecen la atención del visitante las pinturas que decoran el altar mayor.
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CAMPO DE CRIPTANA