Las bodegas abren sus puertas para desvelar su mayor secreto, una actividad
ancestral que te conectará con la naturaleza y te enseñará a amar la cultura del
vino desde dentro. Una experiencia única de la mano de las 19 bodegas de la Ruta
del Vino de La Mancha. Cuevas de barricas, catas de los primeros mostos para los
más pequeños, el tradicional pisado de la uva, paseos entre viñas que llevan
etiqueta desde hace siglos o pararse a escuchar el rumor del vino que fermenta.
¿A qué sabe el vino que aún no es vino? Lejos de las cepas, las doce paradas de la
Ruta celebran la vendimia con las copas llenas. Música, gastronomía, admirar la
belleza de los viñedos y hasta un tren que te lleva a ‘Tierra de Gigantes’ o
molinos. Ven a vivir la vendimia en la Ruta del Vino de La Mancha
Septiembre. La naturaleza se antoja más caprichosa en esta época del año. En la Ruta del Vino
de La Mancha lo saben y por eso no levantan la mirada. Los campos, el viñedo, el olor de la
tierra, el ruido de la uva que se abre, su color… todo son señales que indican cuándo es el
momento. Comienza el gran espectáculo de la Ruta del Vino de La Mancha. ¡Comienza la
vendimia! Algunas bodegas ya se apresuran a recoger el sauvignon blanc y el moscatel, otras
contienen aún las ganas de arrancar el primer racimo. Las decisiones son difíciles cuando las
exigencias son máximas. El día comienza temprano, hay que sacarle ventaja al sol y observar el
viñedo con esos primeros baños de calor de la mañana. Hombres y mujeres van y vienen entre
pasillos de vid… se pisa la uva, se aplasta, se revuelve. Surgen los primeros mostos, emanan los
perfumes de la tierra; es el olor del ‘viñedo de Europa’, el aroma de los vinos de la Ruta del Vino
de La Mancha. En el aire se respira la emoción de la nueva cosecha. Se abre la puerta del
mayor viñedo del mundo y ¡estás invitado a vivir su vendimia!
Las bodegas en vendimia: una visita sensorial
Las bodegas son el corazón de la Ruta del Vino de La Mancha, las que bombean hasta cada
rincón de Europa y del mundo su principal tesoro, el vino. Las 19 bodegas que conforman la
Ruta del Vino de La Mancha cargan sobre sus hombros la responsabilidad de trabajar la mayor
extensión vitivinícola que se conoce. 400.000 hectáreas de llanura manchega de la que
obtienen blancos, tintos y rosados que recopilan prestigiosos premios y reconocimientos
internacionales. Generaciones enteras pasándose el testigo desde hace décadas en una tierra
cuyo paisaje diseñan las vides desde el siglo I a.C. La llanura manchega está impregnada de
vino desde sus raíces. ¡Es el mejor lugar para vivir la vendimia! ¡El mejor destino para entender
su secreto!
Escuchar al vino
Previa reserva, nuestras bodegas ofrecen una experiencia única en la que conectar con la
naturaleza a través de una actividad ancestral que te enseñará a amar aún más los vinos de la
Ruta del Vino de La Mancha. Será un descubrimiento para los cinco sentidos: aprender a
distinguir las variedades de uva con una sola mirada entre las cepas de Finca El Refugio o la
Bodega EHD, oler la tierra en vendimia, escuchar los sonidos del vino a medio fermentar en
Bodega Castiblanque o Bodegas Noc. Porque el vino está vivo y habla al oído, y en la Ruta del
Vino de La Mancha, puedes conocer todo lo que tiene que contarte. Podrás beber el mosto en
depósito, a medio fermentar o catar el vino en rama de la nueva añada; podrás sentir paso a
paso su transformación hasta llegar a alcanzar su máxima calidad. Saldrás con un paladar
exquisito.
El pisado de la uva
Pero la vendimia también atrae a los niños, que aprecian enseguida los buenos placeres de una
tradición tan nuestra. ¿Alguna vez has participado en el pisado tradicional de la uva? En la
bodega Virgen de las Viñas Bodega y Almazara podrás vivir la experiencia y sentir la verdadera
vendimia con niños o como si fueras uno de ellos. Mancharse, reírse, sentir las mejores
costumbres. En Finca Antigua, además, les permitirán probar el sabor de los primeros mostos,
un recuerdo que dejará huella en los más pequeños de la casa, que disfrutarán jugando a ser
sumilleres.
Todo sucede en la Ruta del Vino de La Mancha. En bodegas del siglo XIX, que se esconden tras
gruesos muros de adobe, en cuevas de barricas donde te enseñan los antiguos procesos de
elaboración, entre chozos que vigilan desde el siglo XV la labor de los cultivadores. Bodegas de
principios del siglo XX que trabajan, junto a antiguas ermitas, como la de Campos de Dulcinea.
Pasearás entre viñas, catarás vino bajo las estrellas, degustarás la gastronomía y aprenderás a
elegir el mejor maridaje para cada uva. Y si las ganas aumentan, tras el viñedo hay olivares y
ovejas, hay almazaras y queserías. Y mientras, al otro lado de los cercados, los municipios que
forman la Ruta del Vino de La Mancha celebran la vendimia con música, danza y una amplia
oferta de actividades en torno al vino. Elige parada o elígelas todas. La vendimia espera.
Fiestas del vino: tradición y cultura
La naturaleza puede adelantar la vendimia o retrasarla, pero septiembre siempre arranca en la
Ruta del Vino de La Mancha con una de sus citas más esperadas. Manchavino y Fiesta de la
Vendimia convierte a Socuéllamos en una de las paradas preferidas por los amantes del buen
vino. Catas, degustaciones, concursos gastronómicos o los conocidos como Patios del Vino, que
reúnen a locales y visitantes, copa en mano, en torno a buena música en directo, son algunas
de las propuestas de nuestra Patria del Vino. Una oportunidad de vivir de primera mano la
tradición, costumbre que se extiende en cada terraza o plaza de Pedro Muñoz, La Solana,
Tomelloso, Manzanares, Villarrobledo, El Toboso o El Provencio donde en septiembre se
ensalzan los vinos de la llanura manchega y el buen hacer en el mayor viñedo del mundo.
En Alcázar de San Juan y Villarrubia de los Ojos arranca la Feria a principios de septiembre con
folclore, flamenco, gigantes y cabezudos demostraciones gastronómicas de la cocina
tradicional manchega, como migas de pastor, duelos y quebrantos o pipirranas. Lo mejor de la
tierra para acompañar a los mejores vinos. De fondo, los molinos de viento dibujando el Cerro
de San Antón. Un paisaje que exige una parada en la Ruta del Vino de La Mancha.
Como la Fiesta de la Vendimia de Argamasilla de Alba, El Lugar de La Mancha de cuyo nombre
no quiere acordarse Cervantes que se reserva para finales de septiembre.
El tren de los molinos: vendimia y Gigantes
Y si los molinos sirven de guía, el viento siempre llega hasta Campo de Criptana. El viento y
Renfe, pone en marcha el Tren de los molinos, que sale de Madrid con destino Tierra de
Gigantes. A bordo, un actor encarnando a Miguel de Cervantes narrará sus andanzas: el
famoso capítulo VIII en el que Don Quijote lucha encarnizadamente contra los molinos. Ternura
y arte. La posibilidad de hacer la Ruta del Vino de La Mancha sin siquiera tener que coger el
coche. Un viaje en tren que incluye visita a bodega en plena vendimia, degustación de vinos,
paseo por el Albaicín y parada en el Pozo de Nieve, la ermita del Cristo de Villajos y el Centro de
Interpretación del Molino Manchego. Un día. Una ruta. Una experiencia.