En su interior la iglesia es de una sola nave de estilo renacentista con pequeño transepto, cúpula y ábside semicircular ocupado por un retablo de época posterior y presidido por la imagen de San Juan. Destacan diversas obras pictóricas de interés histórico y artístico que docoran sus paredes, un cuadro de gran tamaño de San Juan Capistrano y un cuadro de la Inmaculada del siglo XVII pintado sobre cobre. La iglesia acoge también una pequeña imagen de la Virgen, muy venerada, conocida como «La Virgen de la Teja» que, según la tradición, acabó con una pertínaz sequía que asolaba la población.